Arte y Ciencia en Castilla y León
Fusión en la Universidad
_Ana Paula Osma
Cuando el Arte y la Ciencia se encuentran, surgen zonas de pensamiento híbridas donde lo visual, lo experimental y lo conceptual se contaminarán mutuamente. En Castilla y León, algunas universidades han apostado por ese cruce, generando proyectos que revelan nuevas formas de mirar el mundo desde la imagen, el dato, el sonido y la interacción. A continuación, presento ejemplos concretos de esa confluencia en Salamanca, Valladolid y León.
En 2020 se celebró la exposición “Con-Ciencia-Con-Arte”, impulsada entre el Centro de Investigación del Cáncer (CIC-USAL / CSIC) y el Servicio de Actividades Culturales de la USAL. El proyecto nació de una convocatoria de divulgación científica que buscaba conectar científicos y artistas para “traducir” conceptos de la investigación en lenguaje artístico. Se seleccionaron dos propuestas: Vidas líquidas: la palabra en la punta de la lengua y Musicómica. En la Hospedería Fonseca (Espacio de Arte Experimental 2) se montó una exposición en la que obras visuales y sonoras se alinearon con discursos científicos sobre biología, fluidez, genética y cuerpo.
Este proyecto es paradigmático, porque no se limita a insertar ilustraciones científicas en salas de Arte, procura que el concepto científico se convierta en fuerza motriz formal, obrando como motor de estructura artística.
Otra iniciativa estratégica para Salamanca es Abstraídos, promovida por la Fundación 3CIN con apoyo de la FECYT. Consiste en intervenciones artísticas en el espacio público que parten de conceptos científicos generados por investigadores de la Universidad de Salamanca, en colaboración con estudiantes de Escuelas de Arte de Salamanca y Zamora. Por ejemplo, esculturas o instalaciones efímeras en barrios como el Oeste, con el objetivo de hacer más accesibles ideas como el flujo, la biodiversidad urbana, la difusión de energía o fenómenos físicos invisibles, traduciéndolos en formas perceptibles.
Este tipo de acción, expone que el Arte no solo habla de ciencia, sino que la lleva al espacio cotidiano, abriendo el diálogo con la ciudadanía.
Aunque es un ejemplo del pasado, merece destacarse por su valor como antecedente: el mural conocido como El Cielo de Salamanca, en la Universidad, combina imagen artística y conocimiento astronómico del siglo XV. Los expertos han corroborado, que esa bóveda celeste representaba posiciones planetarias reales para una fecha precisa (agosto de 1475), trabajando con modelos astronómicos. Este proyecto antiguo ilustra que la combinación entre Arte y Ciencia no es nueva, lo contemporáneo viene solo a retomar una línea de pensamiento que ya estaba inscrita en el territorio.
Aunque las iniciativas explícitas entre Arte Contemporáneo y Ciencia no siempre se anuncian con ese nombre en Valladolid, hay entidades relevantes que facilitan ese cruce:
El Museo de la Ciencia de Valladolid, aunque no es directamente universidad, trabaja muy cerca del ámbito científico y educativo. En su sede/edificio, proyecto del arquitecto Rafael Moneo adaptado de una antigua fábrica, ofrece programas audiovisuales y experiencias inmersivas que mezclan divulgación con formato artístico.
En entornos universitarios vinculados a arquitectura e ingeniería, se han desarrollado prototipos artísticos que utilizan simulaciones digitales, visualización de datos urbanos o instalaciones que responden a sensores ambientales (aire, luz, temperatura). Aunque no siempre documentados públicamente, estos prototipos circulan en seminarios y congresos universitarios locales.
Además, el Festival Luz y Vanguardias en Salamanca (vinculado al ámbito de las facultades de la USAL y del Arte) ha convocado artistas internacionales para proyectar obras con luz, video mapping y multimedia sobre edificios emblemáticos. Obras de artistas como Daniel Canogar o Anna Barribal, han sido proyectadas sobre la fachada de la Universidad y otras instituciones, generando un puente entre universidad, ciudad y tecnología visual.
Ese tipo de iniciativa, donde la universidad es “pantalla” compartida, funciona como laboratorio urbano de Arte-Ciencia-Tecnología.
En lamisma línea, la ciudad de León, con su Museo de Arte Contemporáneo (MUSAC), ofrece un escenario privilegiado para que la Universidad (ULE) y el Arte científico se entrecrucen.
Entre 2017 y años posteriores, el Laboratorio 987 impulsó un programa conjunto entre el MUSAC y la Universidad de León (ULE). Este laboratorio convocó artistas, investigadores y otros creadores para trabajar en residencias y producir obras que explorasen aspectos sociales, tecnológicos, patrimoniales y medioambientales del entorno leonés.
Las temáticas abordadas incluían relaciones entre ciencia ambiental, memoria urbana, ecología local, paisaje y comunidad. En ese espacio, las herramientas de la ciencia (datos, sensores, técnicas de medición) se convierten en materiales de producción estética.
Aunque no siempre publicitadas como “arte y ciencia”, muchas de las actividades educativas del MUSAC implican mediación tecnológica: instalaciones interactivas, talleres de realidad virtual o proyectos de Arte sonoro que requieren colaboración técnica. El museo suele trabajar con estudiantes universitarios o técnicos para crear esos puentes.
Asimismo, iniciativas de comisariado en el MUSAC han seleccionado muestras que exploran lo visual desde lo digital, lo algorítmico o lo experimental, propiciando una atmósfera de intersección con la ciencia aplicada.
En definitiva, estos proyectos ilustran distintos modos de articular el cruce entre Arte y Ciencia en Castilla y León. Las instituciones garantizan recursos, infraestructuras, y legitimidad para el encuentro disciplinar. Se aúnan en esos espacios intermedios, donde artistas y científicos pueden convivir, experimentar y producir juntos.
Lo interesante es que las obras abandonan el circuito académico y aterrizan en las ciudades para que la comunidad participe de esta intersección común.
Sin embargo, la articulación entre Arte y Ciencia en las Universidades de Salamanca, Valladolid y León, está empezando a conformar una cultura regional de innovación estética. Si esos proyectos se multiplican y se consolidan, pueden convertir la región en un nodo de referencia en España para la experimentación transdisciplinar.
