Enrique Marty
“El arte debe ser incómodo: si deja de serlo, pierde su función”
_Raúl Ordás
Para Enrique Marty, el arte no es una búsqueda de respuestas sino una forma de sostener las preguntas. Su obra —a medio camino entre la belleza clásica y la incomodidad contemporánea— intenta entender el caos del mundo a través de la ambigüedad, el humor y la reflexión. Trabaja con lo frágil y lo monstruoso, con lo feo y lo sublime, convencido de que solo en la tensión entre placer y dolor puede revelarse algo verdadero. “El arte —dice— es un espejo alegórico en el que apoyarse para cuestionar la realidad”.
Has dicho que el arte es una forma de entender el caos y la locura del mundo. ¿Qué tipo de orden encuentras cuando trabajas?
Entiendo mi obra como una re interpretación de todo lo que me rodea, percibido por los sentidos o no. En esto también incluyo la historia del arte. A estas alturas no estoy seguro de si el mundo es caótico y loco o es una interpretación mía, mi percepción. El mundo visible en realidad seguramente es un producto de los filtros con los que nosotros lo percibimos, los sentidos y la mente.
Respondiendo a la pregunta, cuando me enfrento a la obra en la que estoy trabajando la veo como un instrumento especular, alegórico, que me sirve a mi primeramente y después al espectador como un objeto en el que apoyarse y cuestionar la “realidad”.
Quiero que las obras sean lo suficientemente ambiguas para que esas alegorías puedan servir a cualquier espectador a reflejarse en ellas.
Tus obras parecen contener a la vez ternura y violencia, compasión y horror. ¿Crees que la belleza necesita siempre una dosis de crueldad?
Creo que si. Deben abarcar todas los lados y cubrir todas las aristas. En estos momentos estoy trabajando de forma que pretendo que cada obra contenga una especie de todo, que cada obra refleje un mundo lo más grande posible.
He trabajado con lo feo, incluso lo horrible, dejando la belleza de lado muchas veces pero ahora estoy en un momento en el que la belleza me interesa mucho. Una belleza filosófica en todo caso y con muchas referencias a la antigüedad. No hay nada como revisar la historia para poder ver en perspectiva el momento presente.
Has hablado del “lado oscuro de la normalidad”. ¿De qué modo lo cotidiano se convierte en monstruoso en tus piezas?
En ocasiones no puede haber nada más monstruoso que lo cotidiano. Lo supuestamente normal no es más que algo normalizado y se pueden llegar a normalizar cosas terroríficas.
Podemos entender como normal el vivir una vida primaria, comer, beber y reproducirse, el seguir el gusto de la mayoría. El hacer algo porque está de moda u otros lo hacen. Estos ejemplos son para mi el puro terror, la representación de lo decadente.Aunque durante cinco minutos ( y eso es lo que dura una moda hoy en día) te sientas parte de algo.
En suma, hay que estar despierto y alerta. Y esto es lo que intento con mi obra.
En tus figuras hay una empatía evidente hacia lo frágil, lo ridículo o lo deforme. ¿El arte puede ser una forma de redención para esos cuerpos?
Tengo que confesar que siento una especie de atracción- repulsión hacia el absurdo. El mundo puede ser muy absurdo y esto me provoca una mezcla de incomodidad y deleite que me lleva al humor absurdo, a reflexionar desde un punto de vista humorístico.
Respecto a la capacidad redentora del arte, tengo que confesar que he pasado por momentos de duda sobre esto, alternados con momentos de convencimiento absoluto de que el arte es redentor. Ahora mismo estoy en uno de esos periodos, creo que el arte es fundamental en el mundo.
Sueles trabajar con lo imperfecto, lo mal acabado, lo deliberadamente sucio. ¿Esa fealdad es una estrategia estética o una verdad emocional?
En el pasado es así pero ahora estoy más volcado en justamente lo contrario, dando una vuelta de tuerca a los códigos de representación. Estoy trabajando en pinturas de pequeño formato muy detalladas, con mucha precisión en el detalle e igualmente en las esculturas. Estoy mirando al Renacimiento y a los conceptos Neoplatónicos. En mi cabeza, aunque formalmente son distintas, estas obras forman parte exactamente del mismo universo. Si hay algo de lo que creo que hay que huir es de la repetición y hay que buscar continuamente nuevas herramientas formales. Pero estas herramientas, para mi, son las dos caras de la misma moneda, del todo.
De todas formas, tengo que reiterar, como siempre digo, que no tengo las respuestas, por ahora tengo las preguntas.
En muchas de tus obras aparece la familia, casi siempre en escenas inquietantes o teatrales. ¿Qué representa para ti ese núcleo?
El trabajar con la familia lo equiparo a observar el mundo con un microscopio. En el núcleo familiar ocurren los mismos acontecimientos que en la política internacional, las mismas tiranías, juegos de poder. En cierta forma es partir del microcosmos para llegar al macrocosmos.
Asimismo, la familia es muy importante en la formación del individuo. Uno forma su personalidad en los primeros años de su infancia y las impresiones y vivencias que tienes en ese periodo infantil te van a marcar el resto de tu vida. Puede que inconscientemente pases tu vida adulta luchando contra rasgos de tu personalidad que no son fáciles de dominar y eso es porque están impresos muy profundamente en los surcos del vinilo de tu subconsciente desde tu infancia.
Has dicho que el arte debe ser incómodo, que si deja de serlo pierde su función. ¿Qué tipo de incomodidad te interesa provocar en quien mira?
Hay muchas formas de provocar esa incomodidad. Desde las escenas con las que trabajas, la forma en la que están representadas, la forma en la que el espectador se ve inmerso etc. Sin embargo esto no debe ser una mera provocación. Debe situarse más en la línea de crear una incomodidad que saque al espectador de su seguridad como mero espectador. Que lo atrape con algún ancla psicológica. Ahora intento ser mucho más sutil que hace años. Ahora, esas ataduras mentales son más complejas y por lo tanto más “ peligrosas”
¿Qué lugar ocupa el humor en tu trabajo: defensa, sabotaje o forma de verdad?
Esta es quizá la pregunta más difícil de contestar, y es muy aguda.No lo sé, estoy buscando respuestas a esto. Para mi, el arte está totalmente asociado a mi vida y a mi persona, así que creo que si supiera la respuesta estaría muy cerca de ser el Übermensch de Nietzsche.
¿En qué momento una idea deja de ser tuya y pasa a pertenecer al mundo?
Prácticamente desde el momento en que es formulada en tu interior. Ya existe y la mente moldea el mundo.
Si tuvieras que resumir tu trabajo en una sola palabra —no un concepto, sino una emoción—, ¿cuál sería?
Placerdolor.
